sábado, 30 de noviembre de 2013

HISTORIA VERDADERA Y PARA LLORAR

Esta era una niña precoz de 8 años. Un día escuchó a su madre y a su
padre hablar acerca de su hermanito Andrew. Ella solo sabía que su hermano
estaba muy enfermo y que su familia no tenía dinero.

Planeaban mudarse para un complejo de apartamentos el siguiente mes porque su padre no tenía
el dinero para las facturas medicas y la hipoteca.

Solo una operación costosísima podría salvar a Andrew. Escuchó que su padre estaba
gestionando un préstamo pero no lo conseguía. Escuchó a su padre murmurarle a su madre, quien
tenia los ojos llenos de lágrimas, -Solo un milagro puede salvarlo."

Tess fue a su cuarto y sacó un frasco de jalea que mantenía escondido en el closet.
Vació todo su contenido en el suelo y lo contó cuidadosamente. Lo contó una segunda vez, ¡una tercera!
La cantidad tenía que ser perfecta. No había margen para errores.

Luego colocó todas las monedas en el frasco nuevamente, lo tapó y se escabulló
por la puerta trasera y caminó 6 bloques hasta la farmacia que tenía el jefe indio color rojo
en el marco de la puerta.

Esperó pacientemente su turno. El farmacéutico parecía muy ocupado al momento y no le prestaba
atención. Tess movió su pie haciendo un ruido. Nada. Se aclaró la garganta
con el peor sonido que pudo producir. Nada. Finalmente, sacó una moneda del frasco
y golpeó el "counter".

-¿Qué deseas?- le preguntó el farmacéutico en un tono bastante desagradable. Y! le
dijo sin esperar respuesta: -Estoy hablando con mi hermano que acaba de llegar de Chicago y no
lo he visto en años.

-Bueno, yo quiero hablarle acerca de mi hermano- le contestó Tess en el mismo tono que usara
el farmacéutico. -Está muy enfermo y quiero comprar un milagro. -¿Qué dices?-
dijo el farmacéutico.

-Su nombre es Andrew y tiene algo creciéndole dentro de la cabeza y mi padre dice que solo
un milagro lo puede salvar. Así que, ¿cuánto cuesta un milagro?

-Aquí no vendemos milagros, pequeña. Lo siento pero no te puedo ayudar. Le contestó
el farmacéutico; ahora en un tono más dulce.

-Mire, yo tengo el dinero para pagarlo. Si no es suficiente, conseguiré el resto.
Solo dígame cuanto cuesta.

El hermano del farmacéutico era un hombre elegante. Se inclinó y le preguntó
a la niña: -¿Qué clase de milagro necesita tu hermanito?

-No lo se. -Contestó Tess con los ojos a punto de explotar.- Solo se que está
bien enfermo y mi mami dice que necesita una operación. Pero mi papá no puede
pagarla, así que yo quiero usar mi dinero.

-¿Cuánto dinero tienes?- le preguntó el hombre de Chicago.

-Un dólar con once centavos"- contestó Tess en una voz que casi no se entendió.
-Es todo el dinero que tengo pero puedo conseguir más si lo necesita.

-Pues que coincidencia.- Dijo el hombre sonriendo. -Un dólar con once centavos, justo el precio
de un milagro para hermanos menores.- Tomó el dinero en una mano y con la otra cogió a la niña del brazo
y le dijo: -Llévame a tu casa. Quiero ver a tu hermano y conocer a tus padres. Veamos
si yo tengo el milagro que tu necesitas.

Ese hombre de buena apariencia era el Dr Carlton Armstrong, un cirujano especialista en neurocirugía.

La operación se efectuó si cargos y en poco tiempo Andrew estaba de regreso a casa y en buena
salud. Los padres de Tess hablaban felices de las circunstancias que llevaron a este doctor hasta su puerta.

-Esa cirugía," dijo su madre. "fue un verdadero milagro. Me pregunto cuanto habría costado.
Tess sonrió. Ella sabía exactamente cuanto costaba un milagro, un dólar con once
centavos más la fe de una pequeña. Un milagro no es la suspensión
de la ley natural, sino la operación de una ley más alta.


(UNA HISTORIA VERDADERA)


martes, 26 de noviembre de 2013

"TOTALMENTE PAGADO"


Un joven muchacho estaba a punto de graduarse, hacía muchos meses que admiraba un hermoso coche deportivo que vio en un concesionario.
Sabiendo que su padre podría comprárselo, le dijo que ese coche era todo lo que quería.

Conforme se acercaba el día de graduación, el joven esperaba por ver alguna señal de que su padre hubiese comprado el coche.

Finalmente, en la mañana del día de graduación, su padre le llamó a que fuera a su habitación y le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que le amaba.

El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. Curioso y de algún modo decepcionado, el joven abrió la caja y lo que encontró fue una hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro.

Enojado le gritó a su padre diciendo: ¡ Con todo el dinero que tienes y lo único que me das es ésta Biblia !

Y salió de la casa. Fue tanta la decepción del joven que se fue de la casa a hacer su vida.

Pasaron muchos años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios.

Tenía una hermosa casa y una bonita familia, pero cuando supo que su padre ya era anciano estaba muy enfermo, pensó en visitarlo.

No lo había vuelto a ver desde el día de su graduación.

Antes que pudiera partir para verlo, recibió un telegrama donde decía que su padre había muerto y le había heredado todas sus posesiones, por lo cual necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre para arreglar todos los trámites de inmediato.

Cuando llegó a la casa de su padre, una tristeza y arrepentimiento llenó su corazón.

De pronto, empezó a ver todos los documentos importantes que su padre tenía y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le había dado.

Con lágrimas, la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre cuidadosamente había subrayado un verso en Mateo 7:11:

"Y si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuanto más nuestro Padre Celestial dará a sus hijos aquello que le pidan".

Mientras leía esas palabras, unas llaves de coche cayeron de la Biblia.

Tenía una tarjeta del concesionario de coches donde había visto ese coche deportivo que había deseado tanto.

En la tarjeta estaba la fecha del día de su graduación y las palabras:

"TOTALMENTE PAGADO".


¿Cuántas veces hemos rechazado y perdido las Bendiciones de Dios porque no vienen envueltas en paquetes hermosos, como nosotros esperamos y por no abrir su Palabra, la Biblia?.


DIOS TE DICE A TI


Tú dices: "Es imposible"
Dios dice: Todo es posible. (Lucas 18:27)

Tú dices: "Estoy muy cansado."
Dios dice: Yo te haré descansar. (Mateo 11:28-30)

Tú dices: "Nadie me ama en verdad."
Dios dice: Yo te amo. (Juan 3:16 y Juan 13:34)

Tú dices: "No puedo seguir."
Dios dice: Mi gracia es suficiente. (II Corintios 12:9 y Salmos 91:15)

Tú dices: "No puedo resolver las cosas."
Dios dice: Yo dirijo tus pasos. (Proverbios 3:5-6)

Tú dices: "Yo no lo puedo hacer."
Dios dice: Todo lo puedes hacer. (Filipenses 4:13)

Tú dices: "Yo no soy capaz."
Dios dice: Yo soy capaz. (II Corintios 9:8)

Tú dices: "No vale la pena."
Dios dice: Si valdrá la pena. (Romanos 8:28)

Tú dices: "No me puedo perdonar."
Dios dice: YO TE PERDONO. (I Juan 1:9 y Romanos 8:1)

Tú dices: "No lo puedo administrar."
Dios dice: Yo supliré todo lo que necesitas. (Filipenses 4:19)

Tú dices: "Tengo miedo."
Dios dice: No te he dado un espíritu de temor. (I Timoteo 1:7)

Tú dices: "Siempre estoy preocupado y frustrado."
Dios dice: Hecha tus cargas sobre mi. (I Pedro 5:7)

Tú dices: "No tengo suficiente fe."
Dios dice: Yo le he dado a todos una medida de fe. (Romanos 12:3)

Tú dices: "No soy suficientemente inteligente."
Dios dice: Yo te doy sabiduría. (I Corintios 1:30)

Tú dices: "Me siento muy solo."
Dios dice: Nunca te dejare, ni te desampararé. (Hebreos 13:5)


DIOS TE BENDIGA HOY Y SIEMPRE


viernes, 22 de noviembre de 2013

SOMOS CREACION PERFECTA DE DIOS

En Florencia, Italia, un grupo de artistas consideraba un enorme bloque de un muy hermoso mármol de cuatro metros de altura, que por desdicha había sido esculpido por la mano de un escultor torpe. «No se puede sacar nada de esto», pensaban ellos. Pero cierta mañana un joven erigió un vallado alrededor del bloque abandonado. Durante cuatro años (1501-1504) se oyó el ruido del cincel labrando el mármol. Cuando las tablas fueron derribadas, los florentinos maravillados pudieron contemplar la magnífica estatua del David de Miguel Ángel, que aún hoy es una joya de la ciudad. De un bloque frío y deforme, bajo el cincel del maestro, había brotado una hermosa obra maestra.
Son numerosos los que dicen: «He estropeado mi vida. No queda nada de mis esfuerzos y esperanzas».
«¡No desesperes! Dame tu vida atormentada y miserable, dice Jesucristo, yo la transformaré para la gloria de Dios». Si usted abandona su voluntad a la Suya, él hará algo hermoso con su vida. Quizás empiece por levantar un vallado entre usted y lo que ha amado hasta ahora, lo cual constituye un obstáculo para el trabajo que él debe hacer. Quizás haga un corte profundo en sus planes y en su corazón, porque quiere reproducir en usted su propia imagen moral. Él trabaja “hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas 4:19). Sí, el Señor sabe transformar en obra maestra lo que nosotros hemos estropeado.

Nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.
Isaías 64:8

Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras.
Efesios 2:10


sábado, 16 de noviembre de 2013

60 SEGUNDOS

Allá por 1974 hizo una película famosa a la que tituló «Sesenta segundos». El título aludía a lo rápido y fácil que es robar un automóvil.

En esa película, que le produjo una fortuna, Halicki, productor de Hollywood, hizo chocar noventa y tres automóviles, entre ellos cuarenta y ocho de la policía. Después de eso se especializó en choques de autos para el cine, creando toda una psicosis entre los espectadores.
En agosto de 1989 quiso filmar una segunda parte de «Sesenta segundos», con él de protagonista. Pero algo falló en el escenario, y una torre de acero, usada en la filmación, se desplomó y cayó sobre Halicki. Todo ocurrió en menos de sesenta segundos. Y en ese espacio de tiempo el hombre murió.
 
Poco antes de filmar esa última escena, recibió una llamada telefónica. «Siempre hay consecuencias cuando las cosas salen mal -le dijo un amigo-. Debes tener más cuidado.»
Impresionado por esa llamada, Halicki dijo: «Esta será mi última escena de choques.» En realidad lo fue. En menos de sesenta segundos pasó a la eternidad ese hombre talentoso de sólo cuarenta y ocho años de edad.
Correr riesgos por un poco más de dinero o un poco más de fama no es nada prudente. La muerte acecha en todas partes. La vida vale más que una hazaña. El valioso aliento de vida que Dios nos ha dado vale más que cualquier cantidad de dólares.
No sólo en sesenta segundos, sino en un segundo, puede terminar nuestra vida terrenal de modo que pasemos a la eternidad. Y en la eternidad nos encontraremos con Dios, Creador nuestro y Juez Supremo de todas nuestras acciones.

Pero también podemos, en menos de sesenta segundos, recibir a Cristo como Señor y Salvador. Esa decisión, tomada en menos de un minuto, nos da vida abundante y eterna, vida ahora y para siempre.


viernes, 15 de noviembre de 2013

Reflexión el pan tostado quemado

Luego de un largo día trabajando, mi mamá sirvió de cena a mi papá un plato con salchichas y pan tostado que estaba bastante quemado. Yo esperaba para ver si alguien notaba el pan quemado, pero mi padre lo único que hizo, a pesar de haberlo notado, fue tomar uno de los panes y preguntarme como me había ido en el día.

Mientras le contestaba, untó mantequilla y mermelada al pan y se lo comió completamente. Cuando ya me iba a dormir, escuché a mi madre pidiendo disculpas a mi papá por los panes quemados. Mi papá le respondió: "Cariño, no te preocupes, a veces me gustan los panes muy tostados."

Cuando fui a dar las buenas noches a mi padre, le pregunté si en verdad le gustaban los panes quemados. El me respondió:

"Tu mamá de seguro tuvo un largo día de trabajo y por ello debe estar muy cansada. Además, un pan tostado quemado no le hace daño a nadie. En la vida encontrarás cosas imperfectas y gente imperfecta. Nadie es perfecto. Pero una de las cosas mas importantes de la vida, es aprender a aceptar los defectos de los demás, y celebrarlos. De esa manera se puede crear una relación sana y duradera. Un pan quemado no debe romper nunca un corazón.


Siempre se mas amable de lo que tu creas que es necesario ser. Recuerda que todos tenemos problemas y aprendemos cada día a vivir. Es probable que no nos alcance la vida para aprender todo lo necesario."